viernes, 28 de agosto de 2015

Vocho que huicholes adornaron y su simbología

http://amigosmap.blogspot.mx/2011/01/simbologia-huichol.html

martes, 25 de agosto de 2015

La Danza del Peyote parte 1/5 Pasos semejantes al sonido de la lluvia...

“Hay otra yerba como tuna de tierra, se llama peiotl los mantiene y da ánimo para pelear y no tener miedo, ni sed, ni hambre, y dicen que los guarda de todo peligro”, ( Fray Bernardino de Sahagún, en “La Historia de la Nueva España”.) Los huicholes hacen su peregrinaje a Wirikuta, lugar de encuentro con los dioses, lugar sagrado del peyote; el camino es muy largo (más de 500 kilómetros) y duro, días y días en los cerros luchando con la naturaleza, para llegar a las planicies. Hay muchos caminos que se cruzan en varias direcciones, y para llegar hay que conocerlos para no perderse. Así los huicholes realizan su prueba iniciática de cumplir un camino sagrado para alcanzar el Conocimiento (texto tomado de : https://puri2aprendiendovida.wordpress.com/2012/08/18/wirikuta-el-territorio-sagrado/) ....se invocan las fuerzas de la naturaleza para que nutran el tiempo de siembra y cosecha que se acercan. Se presenta cada una de las etapas de las fiesta, ritos, danzas y cantos que ofrendan a la tierra, la lluvia, el sol y el fuego testimonio de la cosmología indígena(texto tomado de http://www.imcine.gob.mx/cine-mexicano/pelicula1335)

Wirikuta y la búsqueda colectiva de visiones Johannes Neurath A Ximena y Aldonza La jornada

http://www.jornada.unam.mx/2012/04/28/cam-wirikuta.html Los jicareros (xukuri’+akete). Año tras año los centros ceremoniales huicholes envían grupos de jicareros (xukuri’+akete) a Wirikuta, el semidesierto en el norte de San Luis Potosí. Pero, ¿qué son los jicareros y por qué se les llama “portadores de jícaras” o “personas jícara”? Se trata de personas que ocupan cargos religiosos. Cada uno lleva una pequeña jícara que es un ancestro, susceptible de transformarse en una deidad wixarika, y que al mismo tiempo convierte a quien la lleva en ese ancestro. Por eso, mientras uno tiene el cargo, recibe el mismo nombre que la deidad de su jícara: Tatewari (Nuestro Abuelo), Tayau (Nuestro Padre). En el centro ceremonial, los jicareros usan los diferentes templos como sus casas: el jicarero Tayau vive en el adoratorio de Tayau; el jicarero Tamatsi vive en el templo de Tamatsi y así sucesivamente. Las deidades huicholas son muchas. Un grupo de jicareros se compone de hasta 30 personas. Juntos, los jicareros reviven los actos de la comunidad original, la de los ancestros que fundaron el mundo en una primera peregrinación rumbo a Wirikuta, el Desierto del Amanecer. Antes de realizar dicho viaje, los jicareros todavíano son dioses. Para convertirse en deidades, deben “nacer”; es decir, salir de la jícara, que simboliza el vientre materno. Y esto se consigue realizando el viaje a Wirikuta. Si todo va bien, los jicareros “nacen” como ancestros después de este proceso. Y entonces efectivamente se convierten en los dioses. FOTO: Rodrigo González Una de sus tareas en esta peregrinación es recoger peyote (hikuri). Por eso se les conoce también como “peyoteros” (hikuritamete). Pero solamente es correcto usar este término cuando ya están en el camino de regreso, cuando ya se han transformado en peyote. Y es que esta cultura sigue una lógica animista; es decir, entre ellos la transformación en animal o planta es posible y relativamente fácil. De acuerdo con lo que se conoce como ontología multinaturalista, todos los seres vivos son humanos y pueden cambiar de apariencia, de piel, pero no de alma. De modo que en las prácticas wixaritari, uno no come peyote, uno se transforma en hikuri. La peregrinación se inicia cuando los jicareros salen del mundo oscuro, ubicado abajo en el poniente, en busca del Amanecer. Encuentran la luz en el desierto oriental, porque ahí logran transformarse en peyote, entre cuyos efectos se cuentan el ver todo más luminoso. Dentro del grupo de los jicareros hay cinco cazadores —el puma, el jaguar, el lobo, el lince y otro felino— que persiguen al venado, el Hermano Mayor, quien, según la mitología, fue el primero en transformarse en peyote. Lo logró porque se entregó a ellos. Antes de morir, les enseñó cómo celebrar sus ritos. Por eso los huicholes consideran al venado como el fundador del costumbre (yeiyari, palabra que significa el “caminar sobre las huellas” de los ancestros), y ellos lo continúan al ingerirlo ya transformado en hikuli y transformarse, ellos también, en venados y peyotes. La peregrinación como rito de iniciación. La peregrinación que los jicareros huicholes realizan hacia Wirikuta —el bajío al pie de la Sierra de Catorce y el cerro Reu’unax+ (también conocido como Cerro Quemado o Paritek+a “Abajo del Amanecer”)— es un rito de iniciación que conlleva una búsqueda de visiones. Pero el término peregrinación debe tomarse con reservas; es decir, hay que despojarlo de las concepciones derivadas de las prácticas cristianas. En el viaje a Wirikuta efectivamente se visitan santuarios y, en el camino, los peregrinos buscan purificarse. Sin embargo, la peregrinación huichola es mucho más compleja, pues implica aspectos que la óptica cristiana no abarca, por ejemplo, transformarse en ancestros o en peyote. FOTO: Zapdelight En este rito de iniciación los jicareros adquieren un estatus social diferente y jerárquicamente superior. Y es que, en la lógica wixarika, esta práctica no solamente los acerca a lo sagrado, sino que los transforma en dioses, lo cual tiene consecuencias que veremos más adelante. El grupo de jicareros conforma una suerte de escuela de iniciación, pues durante los años que dura el cargo, cada uno aprende las rutas de peregrinación y conoce los lugares de culto, se enseña de mitología y cantos rituales, y tendrá que transmitir estos conocimientos a los jicareros menos experimentados conforme tomen sus cargos. ¿Es posible llegar a Wirikuta? Como hemos dicho, Wirikuta es el lugar donde el venado se entrega voluntariamente al cazador al transformarse en el primer peyote. Por eso podemos considerarlo el mundo de la generosidad. Los jicareros que peregrinan hacia allá vuelven a encontrar el país del Amanecer, pero, de cierta manera, cada viaje a Wirikuta sucede por primera vez. Encontrar el Amanecer es un acontecimiento único e irrepetible, en el que la euforia se mezcla con sentimientos de melancolía: da lástima el venado que se entrega y las lágrimas de los jicareros se convierten en la lluvia que traerá los beneficios de la tierra a sus comunidades. Wirikuta, como todos los universos rituales, encierra una serie de paradojas. Tal vez la mayor es que en realidad no se puede llegar hasta allá mientras uno no muera en una muerte sacrificial. Durante la vida uno sólo se acerca. Pero los verdaderos dioses están muertos. Los ritmos sincopados de la música wixarika probablemente tienen que ver con esta paradoja ontológica. Estar en Wirikuta es estar en una situación de ruptura. Wirikuta es una ruptura creativa de la cotidianidad mestiza. Wirikuta está en el paisaje, pero también irrumpe en él, lo mismo como un escenario inesperado que los peregrinos encuentran al final de su caminar, que como un espacio imposible inducido por la experiencia visionaria. Tiene una existencia doble y frágil. Es un mundo de formas e imágenes. Es una cuerda en tensión, una síncopa musical. Es jazz. FOTO: Luna Baudelaire Un rito colectivo. El viaje a Wirikuta es una búsqueda colectiva de visiones. En el contexto de la etnografía amerindia el rito huichol es algo único, entre otras razones, por ésta. Hay muchos grupos que realizan ritos de iniciación que implican búsquedas de visiones. Los indios de las Grandes Llanuras de América del Norte (Plains Indians), por ejemplo, se internan en un paraje solitario, ayunan durante muchos días y esperan obtener una revelación onírica o visionaria. Ritos similares se han reportado de Amazonía. En todos estos casos, la experiencia visionaria es algo solitario e íntimo. También hay casos en que, pese a que las iniciaciones y la búsqueda de visiones son colectivas, al final de cuentas cada quien experimenta las visiones de forma individual. Y, naturalmente, éstas se presentan en diferentes momentos. Esto sucede, por ejemplo, en el sur de California, donde existía una iniciación colectiva con Datura (toloache), y entre los tohono o’odam de Arizona, que realizaban una peregrinación a un sitio en el Golfo de Cortés donde recogían sal. En el camino de regreso, algunos experimentaban visiones. En el caso de los huicholes es importante que la experiencia visionaria también sea colectiva. La ingestión de peyote facilita que sea así. Desde luego, hay muchas visiones individuales, pero también hay otras que son vividas simultáneamente por todos los miembros del grupo. Juntos experimentan el Amanecer, juntos sueñan con la lluvia del oriente que nace del polvo del desierto y de las lágrimas de los peregrinos. La luz del Amanecer se refleja en las caras de los peregrinos, en las bellas pinturas faciales de color amarillo que usan los peyoteros. No todos se pintan con el mismo diseño, porque, obviamente, la gente no experimenta exactamente lo mismo, siempre es algo similar, aunque hay variedades en los matices. El aliento del mundo. Ir a Wirikuta implica un rito relativamente fácil, pero el regreso es un proceso largo y complicado. La reintegración de los jicareros a la comunidad es compleja porque ellos se han transformado en los ancestros, los dioses, seres potencialmente peligrosos que, como veremos más adelante, han sido creados por los huicholes. Cuando los jicareros reaparecen en las comunidades de la sierra llevan sombreros con plumas blancas que son flores de peyote (tutu). Al portarlos, las personas-jícara son personas-peyote. En la danza del peyote, el último acto ritual de los jicareros, la transformación continúa: se quitan las plumas de los sombreros y elaboran trajes de danza con los que el grupo de peyoteros se convierte en la serpiente de nubes (haiku). En la danza del peyote se ve cómo ésta llega para lavar el mundo. Haiku es el iyari del mundo, el “alma” o “aliento” del cosmos. Sin los peyoteros, el mundo no podría ser un ser vivo. FOTO: JosEnrique Nierika. Para obtener visiones el peyote es útil, pero sería un error interpretar el rito wixarika enfocándose únicamente en su aspecto farmacológico. Para los huicholes las visiones no son simplemente el efecto de una sustancia. Explicar toda su religión como un “culto de peyote” es un reduccionismo. En etnología se han documentado diferentes métodos para inducir este tipo de experiencia: seclusión, ayuno, prácticas de mortificación (como el autosacrificio mesoamericano o la danza del Sol de los lakota y de otros grupos nativos de Norteamérica) y abstención del sueño. En el caso huichol, los jicareros deben dejar atrás dos cosas: sueño y sal del mar. El “ayuno de sueño” es un aspecto tan importante como la ingestión de peyote. No dormir durante días implica dormir despierto. En este estado, las visiones de peyote son mucho más complejas que imágenes de colores y formas psicodélicas. Como hemos visto, Wirikuta es el país de la luz que se opone a la oscuridad del inframundo y del mar en el Poniente. No es un lugar para dormir. Aquí es donde se levantan las “velas de la vida”, que los huicholes llaman hauri, las antorchas de ocote que levantan el cielo luminoso, el techo del mundo. El mundo de la oscuridad siempre existirá y siempre ha existido, pero el mundo de la luz, el techo del mundo, es creado o inventado en el ritual; es una visión y, por eso, tiene una existencia efímera. La existencia de Wirikuta no está dada. Solamente existe porque los jicareros la buscan, porque resisten sin dormir y porque la sueñan despiertos en sus visiones. De la misma manera, los dioses ancestrales viven porque loshuicholes han practicado los ritos que les dan existencia. Sin el viaje a Wirikuta no hay dioses huicholes, así que tanto Wirikuta, como los dioses, son creados por el hombre. La poética y la estética de los wixaritari. En la cultura wixarika la invención y la creación son altamente valoradas. Lo dado no es mejor que lo no dado. Wirikuta es tan especial porque, como hemos visto, no es “natural”, sino “artificial”. Cada vez que se visita, Wirikuta vuelve a encontrarse, se vuelve a crear. Este tipo de poética cosmogónica no es exclusiva del pueblo huichol. Ciertos autores del romanticismo europeo también han buscado recuperarla, entre ellos Georg Friedrich Philipp Freiherr von Hardenberg, Novalis (1772-1801). Como nos deja ver en su libro Heinrich von Ofterdingen, Novalis se imaginaba poetas-chamanes: “De este modo, según nos cuentan viajeros que todavía han oído estas leyendas de boca de la gente del pueblo, en tiempos muy remotos, en las tierras que ocupa ahora el imperio griego, debió de haber poetas, que, con el extraño son de maravillosos instrumentos, despertaban la secreta vida de los bosques y los espíritus que se escondían en las ramas de los árboles; hacían revivir las simientes y convertían regiones yermas y desérticas en frondosos jardines; (…) hasta llegaban a arrancar a las piedras de su inmovilidad para hacerlas moverse al ritmo de sus cantos. (…) conocían los secretos del futuro, las proporciones y la estructura natural de todas las cosas, y hasta las fuerzas interiores y las virtudes curativas de los números, de las plantas y de todas las criaturas. A partir de entonces la Naturaleza, que hasta aquel momento había sido una selva en la que reinaban la confusión y la discordia, se llenó de múltiples y variados sonidos y de extrañas simpatías y proporciones”. Los mara’akate huicholes son poetas en el sentido de Novalis y los jicareros son colectivos de poetas primigenios que, con su canto, hacían germinar una vida luminosa y ordenada, que se oponía al caos primordial de la “confusión y la discordia”. Los huicholes consideran que los mestizos son más antiguos que ellos. A veces, se llaman a sí mismos los hermanos menores. Piensan que los huicholes fueron los últimos en comenzar a peregrinar rumbo a Wirikuta. Y sin embargo, son los únicos que aún no se han perdido, que siguen caminando en la busca del Amanecer. Participar en estos ritos es más que aprender a ver el mundo de otra manera. Se trata de percibir e inventar el mundo nierika, el mundo de los ancestros. Si lo vinculamos con la tradición occidental, podríamos decir que se trata de recuperar el concepto griego de aletheia. FOTO: Luz María Nieto Caraveo Marcel Detienne ha encontrado que, entre los griegos arcaicos, el concepto de “verdad” (aletheia) era de carácter poético, profético y chamánico. La “verdad” no dependía de la existencia de una realidad objetiva autónoma, sino que era producida por el poeta en contextos rituales. El opuesto de aletheia, lethe, no significaba falsedad, ni mentira, sino olvido. Los poemas no solamente “narraban” acontecimientos cosmogónicos; la enunciación de los mitos en el contexto ritual implicaba el acontecer de la creación y la renovación del mundo, de los dioses y de los héroes. Ahora, si los jicareros tienen que crear el mundo en el contexto ritual, su labor no sólo implica una poética como la que hemos visto, sino también una estética. Su concepto de belleza se asocia al ámbito luminoso del desierto. Lo bello es lo pequeño, lo tierno, lo brillante y lo traslúcido, como las gotas de agua, las chaquiras, las plumas y los venados. Pero también han desarrollado toda una “estética de la fealdad” para representar a los seres “del mundo de abajo”, el de los no-indígenas, mestizos o teiwarixi, el (infra)mundo que no es creado, a diferencia de Wirikuta, y que siempre existirá. Es el territorio de los monstruos, de los “viejos de la danza” con sus máscaras “feas” y barbudas. Es un espacio caótico, subdesarrollado y, como explica el ecologista wixarika Pascual Pineda, “es un mundo no-sustentable”. Hoy, ese Desierto del Amanecer que da sentido a la visión del mundo de un pueblo entero se encuentra amenazado, pese a su importancia como reserva natural y como espacio cultural. Protegerlo va más allá de salvaguardar la religión de un pueblo, que en sí ya es un objetivo encomiable. La práctica wixarika, como hemos visto, es arte, un arte creado por una comunidad de chamanes-poetas que nos permite conocer horizontes estéticos insospechados y de una vitalidad sorprendente. Un arte honesto, enraizado en prácticas ancestrales y que, sin embargo, puede considerarse más vigente que el que se exhibe en muchos de los mejores museos del mundo. Un arte de gran profundidad que nos invita a reflexionar sobre los alcances de la creatividad humana y sobre la necesidad urgente de protegerlos del ímpetu demoledor de la sociedad contemporánea.

Carl Sofus Lumholtz ( noruego) México Desconocido. Unknown Mexico. A record of five years of exploration among the tribes of the western Sierra Madre in the Tierra Caliente of Tepic and Jallisco and among the tarascos of Michoacan.

http://biblio.juridicas.unam.mx/libros/1/252/15.pdf Unknown Mexico. A record of five years of exploration among the tribes of the western Sierra Madre in the Tierra Caliente of Tepic and Jallisco and among the tarascos of Michoacan.

VIAJE HUICHOL / Realizado por jóvenes indígenas que estudian el la escuela de CREES en Estipac, Jalisco. ¡Excelente!

lunes, 24 de agosto de 2015

http://revistas.unam.mx/index.php/antropologia/article/viewFile/19350/pdf_415 LAS LENGUAS INDÍGENAS DEL NORESTE DE MEXICO MAURrcro Sw¡¡rs¡¡

LAS LENGUAS INDÍGENAS DEL NORESTE DE MÉXICO
 Mauricio Swadesh


Para saber más, acudir al siguiente enlace: http://revistas.unam.mx/index.php/antropologia/article/viewFile/19350/pdf_415

martes, 18 de agosto de 2015

Indígenas cucapás buscan rescate de cantos y danzas tradicionales http://jornadabc.mx/tijuana/07-07-2015/indigenas-cucapas-buscan-rescate-de-cantos-y-danzas-tradicionales


http://jornadabc.mx/tijuana/07-07-2015/indigenas-cucapas-buscan-rescate-de-cantos-y-danzas-tradicionales

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NOTIMEX
San Luis Río Colorado, Son., 7 de julio.- La presentación de Indígenas cucapás adultos y niños de Baja California generó interés en la frontera de Sonora, pues son pocas las veces que los integrantes de dicha etnia acceden a realizar presentaciones abiertas a los mestizos.
Ello se dio a finales del mes pasado durante el Festival Binacional de Música Tradicional y Popular "La Música Compartida: Río Colorado, Bordo y Frontera".
Lucía Laguna, coordinadora del grupo de quienes se presentaron en la localidad, procedentes del ejido El Mayor, de Mexicali, Baja California, dijo que están en el rescate de los cantos y danzas tradicionales de su comunidad.
“Porque son cantos de nuestros ancestros. Los cantaron nuestros abuelos, nuestros papás, tíos. Las danzas las danzaban nuestras ancianitas y nuestras mamás también, siguiendo una tradición que es de nosotros y nos inculcaron”, comentó.
Vestida con el traje tradicional, en los prados del parque recreativo Yoreme –curiosamente denominación que se daban a sí mismos los indígenas mayos del sur de Sonora-, agregó:
“Para nosotros es ya tenerlo en la sangre. Nuestros cantos y nuestras danzas. Somos indígenas. Nos gusta mucho cantar, danzar. Le cantamos a la naturaleza, le danzamos a la Tierra, al aire, a nosotros mismos, a nuestro corazón y nuestra comunidad”.
Comentó que están contentos con lo que hacen, que es recordar y darle vida a lo que les dejaron sus antepasados, “seguir adelante con nuestra cultura y tradiciones para que no se pierdan, que siempre sean parte de nuestra comunidad y de nuestras vidas”.
La presentación de los indígenas cucapás de Baja California llamó la atención, porque los grupos hermanos de dicha etnia de los vecinos estados de Sonora y de Arizona es raro que hagan presentaciones públicas.
Una de las asistentes a la presentación, la residente local recién llegada de Jalisco, Mariana Rojas Méndez, declaró que es interesante el hecho de que ella pensaba que en la región fronteriza no había tanta cultura indígena.
“Los que venimos de más al sur de México, pensamos que nomás en Oaxaca, Puebla y nuestros estados que hay más cultura de los indígenas, pero veo que también aquí, casi llegando a Estados Unidos”, refirió.
Habló de que es bueno que los niños y jóvenes, tanto indígenas como los que no lo son, se interesen en estas costumbres, para que así continúen difundiéndose.
También residentes mestizos de Sonora, Baja California y Arizona se reunieron en este Festival Binacional de Música Tradicional y Popular "La Música Compartida: Río Colorado, Bordo y Frontera".
Prácticamente se presentaron bailables y música tradicional de diferentes estados de la República Mexicana, como Tabasco, Veracruz y Oaxaca, por ser ésta una región de migrantes por excelencia.
La directora del Departamento Cultural del ayuntamiento local, Mildred Ángeles Ávalos, indicó que el evento fue realizado en coordinación con el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta).
"Deseamos fortalecer el conocimiento de nuestra diversidad cultural musical, impulsando la difusión, recreación e intercambio de los valores y las expresiones musicales de las culturas populares en la región binacional", resaltó.
Mencionó que el festival inició en Estación Coahuila, Baja California, luego siguió en la comisaría Luis B. Sánchez de este municipio y culminó con las actividades realizadas en el parque Yoreme de esta ciudad.
Explicó que la participación de los grupos originarios, migrantes y mestizos de los tres estados, reflejan la diversidad musical de la población regional, así como la fusión e interpretación con música contemporánea producto de la influencia entre el norte y sur, inglés, español y lenguas indígenas.

Dan trato de narcotraficantes a dos jicareros huicholes en Jalisco

http://jornadabc.mx/tijuana/05-06-2015/dan-trato-de-narcotraficantes-dos-jicareros-huicholes-en-jalisco

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JUAN CARLOS G. PARTIDA, CORRESPONSAL
Guadalajara, 5 de junio.- Mario Bautista y Guadalupe López, jicareros huicholes que se dedican a la recolección de peyote, cumplen hoy una semana presos en el penal federal de Puente Grande, Jalisco, luego de ser detenidos el viernes pasado en el aeropuerto Miguel Hidalgo, de Guadalajara, por autoridades federales, que al encontrar bulbos de la cactácea en sus maletas los acusaron de tráfico de enervantes.
Los indígenas, quienes ostentan el nombramiento de hikuritamete (jicareros o recolectores de peyote, en español), forman parte de un grupo que cada año viaja de San Andrés Cohamiata, Jalisco, al desierto de Wirikuta, en San Luis Potosí, para recolectar peyote, el cual es usado en ceremonias tradicionales en las comunidades wixaritari.
Mario y Guadalupe fueron detenidos cuando intentaban abordar un vuelo hacia Los Cabos, donde fueron invitados a un foro organizado por el Movimiento Magisterial Democrático de Baja California Sur denominado El rescate de las culturas.
Además del peyote, que afirmaron era para uso ceremonial y cuya cantidad no ha sido dada a conocer por la Procuraduría General de la República (PGR), Mario y Guadalupe llevaban artesanías que pretendían comercializar en Los Cabos, y que les fueron retenidas.
El Movimiento Magisterial Democrático de Jalisco se manifestó en favor de la liberación de los wixaritari ante la flagrante violación que significa detener a quienes tienen permitido legalmente transportar y consumir plantas o animales considerados sagrados en su cosmogonía.
Por su parte, la Comisión Estatal Indígena envió una carta a la PGR para justificar el derecho que tiene el pueblo wixárika al uso del peyote, de acuerdo con el artículo 40 de la Ley sobre los Derechos y el Desarrollo de los Pueblos Indígenas de Jalisco.
"Los pueblos indígenas tendrán la garantía de no ser molestados por las autoridades estatales y municipales en la recolección, transporte, uso, caza, pesca y consumo de plantas y animales considerados sagrados y destinados a fines estrictamente ceremoniales y curativos, en los términos de la legislación federal aplicable. El Ejecutivo estatal, para este efecto, promoverá los convenios de coordinación necesarios, con el Poder Ejecutivo federal, o las entidades federativas involucradas", dice el citado artículo.

Presentan en Bélgica película sobre lucha de huicholes por su tierra http://jornadabc.mx/tijuana/08-05-2015/presentan-en-belgica-pelicula-sobre-lucha-de-huicholes-por-su-tierra

Presentan en Bélgica película sobre lucha de huicholes por su tierra

http://jornadabc.mx/tijuana/08-05-2015/presentan-en-belgica-pelicula-sobre-lucha-de-huicholes-por-su-tierra

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NOTIMEX
Bruselas, 8 de mayo.- El cineasta Hernán Vilchez presentó hoy aquí su cinta “Huicholes: Los últimos guardianes del peyote”, que muestra la lucha del pueblo Wixárika por preservar su tierra en San Luís Potosí, México, de la explotación de mineras trasnacionales.
La película fue realizada de manera independiente y a pedido de la propia comunidad huichol de La Laguna Seca, en Jalisco, que apuesta en ella para sensibilizar el mundo a favor de su causa.
“Es un caso bastante grave que merece un debate profundo en la sociedad mexicana e internacional, porque no es único. Pasa en todo el mundo”, sostuvo Vilchez en entrevista con Notimex.
“Los pueblos indígenas son despojados de sus tierras y sus derechos. Es ahí donde están los recursos valiosos, desde el punto de vista material, pero también espiritual”, añadió el cineasta argentino.
Vilchez tiene una larga experiencia filmando pueblos indígenas, desde los aborígenes australianos hasta los pigmeos de Uganda y los Waoranis y Shipibos de la Amazonia.
El rodaje de “Huicholes: Los últimos guardianes del peyote” supuso más de tres años de visitas al pueblo Wixárika, una de las últimas culturas prehispánicas vivas en Latinoamérica, que cultiva todavía el peyote, su medicina ancestral.
Vilchez acompañó a la familia del líder comunitario y marakame José Ramírez "Uxamuire" y a su hijo Enrique Ramírez "Haikuka" en la tradicional peregrinación que realizan cada año desde la Sierra Madre a Wirikuta para honrar su tradición espiritual.
Fue testigo de su preocupación con el futuro de esa reserva natural de 140 mil hectáreas -abundante en plata, oro y otros metales- de la cual los huicholes acreditan ser responsables de mantener el equilibrio energético de la región.
Los indígenas afirman que la actividad minera es una “amenaza mortal” a la biodiversidad de la región, incluida en la lista de Sitios Sagrados Naturales y Culturales de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), así como a la supervivencia de su cultura milenaria.
La proyección de la cinta de Vilchez en la Universidad Libre de Bruselas estuvo precedida de una ceremonia chamánica de bendición realizada por los Ramírez, padre e hijo, los dos protagonistas de la cinta.
Antes de Bruselas, el documental fue presentado en las ciudades de Gante y Lovaina y llegará luego a Amberes, para después ser proyectada en otros países europeos como Reino Unido, Suecia, Noruega, Finlandia, España e Italia.
La gira europea de “Huicholes: Los últimos guardianes del peyote”, financiada con donaciones de la comunidad mexicana y simpatizantes, empezó el 15 de abril, en Alemania, donde fue exhibida en 13 ciudades, “siempre con sala llena”, asegura Vilchez.

Expertos crean diccionario en línea con vocabulario indígena

http://jornadabc.mx/tijuana/16-06-2015/expertos-crean-diccionario-en-linea-con-vocabulario-indigena

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JUAN CARLOS G. PARTIDA, LA JORNADA
Guadalajara, 16 de junio.- Haramara (mar), itaikari (fantasma), kaká (dulce), Kwietixarie (Jalisco), son algunas de las poco más de 600 palabras en lengua wixárika (huichol) que componen el vocabulario traducido al español e inglés que acaba de subir a internet la todavía en ciernes asociación Ruta del Venado, parte inicial de un proyecto financiado por el público en general que busca rescatar y poner en línea una audioteca con vocabulario del mayor número posible de las 62 lenguas indígenas reconocidas en México.
Ricardo Ibarra, un comunicólogo fundador de Radio Indígena e impulsor del proyecto Ruta del Venado avecindado en San Francisco, California, recordó que México es la nación con mayor población indígena en América, lo que lo animó a iniciar junto a varios colaboradores un recorrido por los caminos del país para generar una biblioteca sonora con lenguas originarias vivas, disponible en línea a la comunidad internacional.
“Queremos que el trabajo de la Ruta del Venado llegue también a mediano plazo a las escuelas públicas a través de productos multimedia interactivos. Y con el apoyo de académicos, políticos, instituciones y universidades, podamos revitalizar las lenguas autóctonas de cada región, volviendolas a meter en las escuelas al menos en un nivel básico”, dijo, en entrevista.
Enamorado de los pueblos originarios de América, Ibarra afirmó que una de las filosofías más sencillas es que en lugar de ver hacia afuera, necesitamos vernos hacia adentro, lo que además de permitir conocernos reafirma nuestra propia identidad.
El trabajo se realiza a través de un colectivo de periodistas y creativos bajo la guía de Ibarra, quien afirmó que se busca también abrir otros canales de conciencia “que superan al yo individual occidental para reintegrarnos en la fórmula del vocabulario y el pensamiento indígena: el nosotros, la comunidad, la madre tierra”.
En 2004 Ibarra fue uno de los fundadores de Radio Indígena, un proyecto surgido arropado por Radio Universidad de Guadalajara, que lo transmitió a través de su red en el estado todos los sábados hasta el 2007.
Hoy, desde San Francisco, radioindigena.com elabora un podcast también semanal de 13 minutos para el sitio, la web y que es retransmitido por Radio UdeG en Lagos de Moreno, Jalisco.
Una cosa llevó a la otra y hoy Ibarra dice que radioindigena.com es la difusión a la “ruta de escape” que significa la Ruta del Venado para visitar las comunidades y grabar las lenguas originales.
“Seguimos recaudando fondos, optando por becas, para seguir el proyecto hacia finales de año y ampliar la biblioteca sonora”, agregó.
Explicó que otro objetivo es acercar las lenguas nativas a los jóvenes indígenas que tienen vergûenza de hablarla, que la conocen pero no la hablan.
“Con ello de alguna manera les decimos que valoramos las lenguas y que queremos acercarnos a esa riqueza de la biculturalidad. Y la Ruta del Venado es una iniciativa ciudadana para evitarlo”, dijo.
La Ruta del Venado comenzó su odisea en marzo pasado y a finales de mayo logró poner en línea su primera etapa con el vocabulario esencial de los wixaritari, al cual se irán agregando nuevas palabras traducidas al inglés y español, lo que permitirá también un intercambio en tres lenguas diferentes.
Para quienes desean conocer más sobre cómo Ibarra realizó esta primera etapa del vocabulario wixarika o contribuir a su proyecto, pueden consultar el siguiente link:
El vocabulario wixarika se puede consultar en la páginawww.rutadelvenado.com, donde también se podrán encontrar videos del proceso de grabación realizado en marzo pasado en la casa de apoyo a comunidades indígenas MAIS, el cual contó con la colaboración del Tec de Monterrey, ambas instituciones en el estado de Aguascalientes.

Lenguas indígenas pueden desaparecer por falta de transmisión generacional (la razón: las familias intentan evitar prácticas racistas y discriminatorias) http://jornadabc.mx/tijuana/24-06-2015/lenguas-indigenas-pueden-desaparecer-por-falta-de-transmision-generacional

Lenguas indígenas pueden desaparecer por falta de transmisión generacional




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JOSÉ ANTONIO ROMÁN, LA JORNADA
Ciudad de México, 24 de junio.- Aunque en el país hay casi 16 millones de personas que se declaran miembros de un pueblo originario, solamente 7 millones hablan su idioma materno, señaló el director general del Instituto Nacional de Lenguas Indígenas (Inali), Javier López Sánchez.
Además, precisó que de las 364 variantes lingüísticas que hay en México –reconocidas todas como lenguas nacionales, con la misma validez que el español, de acuerdo con la Ley General de Derechos Linguísticos de los Pueblos Indígenas–, 64 de ellas están en muy alto riesgo de desaparición, pues cuentan con menos de 100 hablantes.
En este caso, son tres las variantes que están en una situación de extremo peligro de extinción, que son la oluteca, en el estado de Veracruz, con 31 personas, aunque sólo la hablan 15; la ayapaneca, de Tabasco, con 21 personas, de las cuales ocho la hablan; y la kiliwa, en Baja California, con apenas cuatro personas que la hablan.
Entrevistado luego de suscribir un convenio de colaboración con la Organización de Estados Iberomericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura (OEI), el titular del Inali señaló que aunque la pérdida y debilitamiento de las lenguas indígenas se debe a causas multifactoriales, la principal es porque se ha dejado de hacer la transmisión generacional en los núcleos familiares.
Esta falta de transmisión, agregó, es también porque durante mucho tiempo hubo políticas públicas homogeneizantes, donde se valorizaba más el español que las lenguas indígenas. López Sánchez consideró que esta negativa de las familias a retransmitir su lengua se debió a que intentaron evitar prácticas racistas y discriminatorias, las cuales ahora empiezan a revertirse con políticas públicas que les dan el mismo valor a todas.
Citó, por ejemplo, que por primera vez, en el Plan Nacional de Desarrollo se incluye el objetivo de revitalizar las lenguas en alto riesgo de desaparición; formar interpretes y traductores para el ámbito de justicia; la enseñanza de lenguas indígenas en el Sistema Educativo Nacional; presencia de estas lenguas en medios de comunicación, y revalorar la riqueza lingüística del país.
El convenio firmado tiene el objetivo de desarrollar actividades de cooperación en diversas materias para fortalecer la identidad y riqueza lingüística y cultural de los pueblos indígenas de México, junto con los demás Estados Iberoamericanos.
En su oportunidad, el secretario general de la OEI, Paulo Speller, indicó que países de gran diversidad cultural y lingüística, como México, deben tomar en cuenta una importante dimensión de la educación: la interculturalidad. Añadió:la firma de este convenio de cooperación con el Inali es un reconocimiento a la labor de más de 60 años de la Organización de Estados Iberoamericanos, experiencia que queremos compartir con México.

Se extingue en Baja California la etnia kumiai http://jornadabc.mx/ensenada/23-02-2015/se-extingue-en-baja-california-la-etnia-kumiai

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Se extingue en Baja California la etnia kumiai

POR 

ROBERTO ARMOCIDA

Tijuana, 15 de enero.- Está desapareciendo el pueblo kumiai, la etnia de Aurora Meza, una mujer de 53 años presa por abigeato en el penal de La Mesa, en Tijuana.
Los kumiai viven en pocas zonas de Baja California, principalmente en reservas entre San José de la Zorra, rumbo a Ensenada, y en Juntas de Neji y Peña Blanca, entre Tecate y El Hongo. Son unos centenares, en su mayoría ya absorbidos por la modernización. Un puñado, alrededor de 15, habla el antiguo idioma kumiai.
Norma Meza es kumiai y hermana de Aurora, a quien un ganadero acusó de robo de cinco caballos y fue detenida en diciembre pasado en Tecate y trasladada a La Mesa.
Su vida transcurre entre su casa en el Valle de las Palmas -con su esposo, cuatro hijos y sus nietos- y su rancho en la reserva en La Cenega, cerca de la gran roca Neji.
Fernando, uno de sus hijos, toma sus guajes e inicia un canto inspirado en los tiempos que ya han pasado. Norma se sienta en un viejo sofá y escucha atenta. Ella trata de transmitir las tradiciones y la lengua a sus familiares -como su hermana Aurora que traduce cuentos kumiai para la Universidad de California-San Diego-, pero no todos quieren aprender, reconoce.
“Nuestra reserva, esta tierra, es lo único que tenemos. Ya somos muy pocos los que hablamos el antiguo kumiai. ¿Qué quedará de nuestra cultura dentro de unos años?”, añade Norma.
Un largo camino desde la carretera a Ensenada y el Valle lleva a La Cenega, unos 20 kilómetros de terracería, en un panorama majestuoso y el profundo silencio de estos espacios.
“Vivimos en estas tierras desde siempre y aquí queremos seguir. Aquí están nuestros ancestros, mis padres, mis tíos, unos hermanos. Atrás de aquel cerro nací y allí están sepultados muchos de mis familiares”, comenta Norma.
Sin embargo, el gran pueblo del encino está desapareciendo. “Cada mes vienen de San Diego unos investigadores. Grabamos el antiguo idioma kumiai y tratamos de unificar su forma de escribirlo con el alfabeto latino, porque al morirnos nosotros ya nadie lo seguirá hablando y escribiendo”, explica la mujer indígena.
Al atardecer la temperatura empieza a bajar.
La familia de Norma Meza se reúne en la casa de adobe de La Cenega, la vieja estufa de leña de la cocina, además de brindar calor, sirve para cocinar tortillas y frijoles y calentar el agua para el café. Noemí, nieta de Norma, ama vivir aquí, cocinar y preparar tortillas, pero a diferencia de su hermana Araceli, no quiere hablar kumiai y no baila con los antiguos cantos tradicionales.
No hay electricidad en su casa. Para alumbrar, Abel conecta una bombilla a la batería de su camioneta, justo el tiempo necesario para cenar, y después la familia vuelve a prender velas.
Gracias a un pequeño panel solar, el hijo mayor de Norma, Esteban, logra cargar las baterías de un aparato de video y los más pequeños se reúnen frente a la pantalla a ver una película mientras se calientan los frijoles.
“Mañana iremos al cañón del Alamo a buscar leña para la estufa”, dice Norma, mientras con extrema habilidad estira y calienta las tortillas de harina blanca sobre el comal: “Allí verás a nuestra montaña sagrada Wiy-ipa y a los antiguos encinos”.
Desde siempre ese bondadoso y sagrado árbol, el encino, ha sido la misma vida para los kumiai. Sus bellotas sirven para producir harina y nutrirse, las comunidades de esta etnia aún utilizan su generosa leña para dar calor y cocinar.
Norma es el alma y la memoria de su pueblo kumiai. “Trato que nuestra identidad no se desaparezca tan rápido; proteger estas tierras, nuestras herencia milenaria, es mi principal deseo”, afirma.
Aunque es una reserva federal, esta tierra sufre constantes invasiones, y los lentos procesos jurídicos y la poca atención de las autoridades no ayudan en la atención de las quejas y a dar una respuesta adecuada a las denuncias de los kumiai, indica Norma.
“El mal nunca se ha ido de la tierra de los hombres”, cuenta Norma, sentada cerca de la estufa, mientras el resto de la familia ya se prepara a descansar en los otros dos cuartos que forman la casa de adobe.
“Al inicio de los tiempos existían dos hermanos gigantes, vivían bajo el mar. El mayor, el malo, convenció al menor para que subiera a la superficie para crear el mundo, pero la sal le quemó los ojos y se quedó ciego. El hermano menor, que tenía un animo bueno, se vio así obligado a seguir las indicaciones de su hermano mas grande, que en cambio no deseaba crear nada bueno y era tramposo”, relata Norma, evocando una creencia ancestral de los kumiai.
“Entre los dos fueron formando el mundo. Y mientras el hermano mayor creaba lo malo, como la serpiente o la oscuridad, el menor creó al sol, las liebres y los encinos”, continuó.
“A la hora de morir solamente el gigante menor subió al cielo, mientras del hermano mayor ya no se supo nada. Él aún no ha muerto y está en la tierra”, termina.
Norma se levanta, apaga las velas.

Caricaturas de Neftalí